miércoles, 6 de octubre de 2010


- Las agujas de tu reloj rezan las 3 a.m. Cada movimiento de las mismas es un vil recordatorio de cuán lento corre el tiempo dentro de tu habitación, tu mundo. Esas 4 paredes de las que temes huir. Esas 4 paredes que te encierran y protegen. Cuidan y apartan de la realidad. Aquella realidad punzocortante que tanto te cuesta asimilar ; Te paseas por ahí, deambulando cómo un espectro. Un fantasma, una sombra gris y sin vida. Un ser resignado, que se mueve sólo como un acto reflejo. Un cuerpo sin corazón que va buscando algo que le devuelva el color, algo que le de vida.

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